De tantos Edén
que hay dentro
y fuera de la Tierra,
elegí este.
Quizá elegí ser Lilith
para ser desterrada
sin más reconocimiento
que el de tus demonios.
Quizá la inhibición
en la que vivía Eva
no despertaba mis sentidos,
el ser producto de la
carne y no del polvo.
¿Qué más puedo decir?
El rechazo a la sumisión
se convirtió en religión.
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