Detenernos y observar,
simplemente observar
lo que obviamos.
Observar el rostro de
las realidades que pisamos
a nuestro paso.
Sentir el sol y el humo
del centro de la ciudad,
ser parte del mestizaje
que encierra en sus avenidas
y rincones de los mercados.
Cuándo fue la última vez
que se sintió turista
en su propia tierra?
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