Gotas de sangre de mí,
que vienen de acá,
porción de tierra maya
rodeada por la inmensidad
donde los kaqchikeles
pintan el lago de azul
y el cielo zafiro claro.
Manos hechas de sol y maíz
que curan todo mal
antes de que suba la marea.
No me voy sin decirte
Matyox Guatemala
por mostrarme Centroamérica
con ojos nuevos.
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