Ojos color tierra,
rojo como la sangre que corrió tras la guerra,
una historia tersa llena de arrugas
y un pueblo clamando por ayuda.
Dominados por seres desconocidos
que no fueron bienvenidos,
venían de lejos con un mensaje,
amargo y funesto brebaje.
Y lo digo porque lo siento
y para que fluya con el viento,
para que no cese en un pensamiento,
para frenar el sufrimiento.
Epidemia que invade
pidiendo sin cortesía que no se le degrade.
En sí, un camino mas no un final,
largo mas no unidireccional.
Fotografía: Mauricio Valverde.
Fotografía: Mauricio Valverde.